Aquí todo son risas hasta que una tarde que ya tienes
pensada, bajas a Moraleja a por una “bandejita”
de cebollas para poner, porque las de la plaza a veces no convencen, y te ves
las dos tardes siguientes a modo negrero sin parar de sembrar cebollas.
El cebollino de este año viene cargado de mucho curro, un
curro dividido en dos tardes y en dos modos de siembra, a caño y a hera.
No solo eso, sino que nuestros cálculos iniciales se
duplicaron.
Menos mal que nuestro amigo Álvaro Salvador estuvo con
nosotros la segunda tarde ayudando a tan ardua tarea.
El resultado como siempre en el vídeo.
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