“El escenario está dispuesto, las piezas ya se mueven” decía
el bueno de Gandalf el blanco en la peli, justo antes de las últimas batallas.
Pues bien, a nosotros nos viene que ni pintada esta frase.
Hemos tardado, en cavar, estercar, estancar… pero por fin
tenemos todo preparado. Nuestra tierra ha comido y ha bebido de las lluvias
primaverales. Nuestro estanque ha sido reforzado por el mejor de los maestros
albañiles, nuestro tablero está preparado, faltan las piezas.
Las piezas las fuimos a buscar lejos de allí. Nuestros
huerteros de cabecera, ya nos habían informado que las estaban criando, y allí
acudimos, a aprender de los maestros, de los sabios del caño y la azada, de los
echaeros y las tupineras. Sabios y pacientes nos han dado técnicas, han compartido
con estos dos muchachuelos su saber antiquísimo, y esperan con ilusión que todo
vaya hacia adelante.
Patrick arranca la C15, rumbo a Fuente del Prao, el tablero
dispuesto, y otro gran invitado se suma al momento de la siembra, Miguel, “el
hombre del carretillo”, él va seleccionando los mejores ejemplares y nos los
tiende, supervisa el proceso y nos da consejillos también. Y tras un par de
horas, boom, nuestras lechugas están en posición, en cinco cañitos, mimadas por
el agüita que Patrick y un servidor vertemos con cuidado sobre ellas.
Hemos empezado la siembra, nuestro tablero ya está
dispuesto, y ahora, sí, LAS PIEZAS YA SE MUEVEN.
Sumamos un nuevo oficio, ya no todo será cavar, sino, que
además, se nos une el regar, CAVAR Y REGAR hermanos huerteros.
AU, AU, AU. Nuestras lechuguitas os mandan saludos.
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