Nuestras tomateras crecen, se han hecho con fuerza y han
salido ilesas de la condenada parrilla que asoló nuestros caños y causó bajas.
Ahora, con la fuerza del riego y tras el cavado y arropado,
nos disponemos a dar otro salto de calidad en nuestro terreno. Muchas son las
opciones que hay para lo que nosotros hemos aplicado en el capítulo de marras.
Al posterior estacado le sucede el atado de cuerdas, es aquí donde como
explicaba anteriormente, el consejo superior de huerteros no se pone de
acuerdo. Los hay que directamente ponen estaca por tomatera, para lo que se
necesitan más estacas, obviamente. Luego están los que como nosotros ponen tres
o cuatro estacas por caño y en esas estacas atan una primera línea de cuerda que
van subiendo según crece la planta, (Nuestro método)
Y los hay, que simplemente pasan de este rollo y no ponen ni
cuerda ni estaca ni na de ná. Estos últimos, hacen un caño más ancho sobre el
que dejan caer la tomatera y riegan en el anterior. Un sistema que como se
puede observar, ocupa más espacio.
Nosotros, con nuestro método de atado hemos tirado para
adelante, sobre la marcha hemos corregido tomateras, para que ninguna caiga al
caño y salgan lo más firmes posible, además y teniendo en cuenta los constantes
vientos racheados que azotan el término Gateño es una gran ayuda tener una
cuerda que impida el vencimiento de la planta.
Por último indicar, en detalles más técnicos, que hemos
utilizado dos tipos de cuerda, una más corriente, de esparto, que es la que
sirve de guía, y otra, de trapo con un elástico, que nos sirve para corregir
mejor y atar directamente una tomatera a una estaca, esta cuerda impide que la
planta se dañe y según crece, ella sola va tirando de cuerda.
Hasta la próxima semana, AU, AU, AU
No hay comentarios:
Publicar un comentario