viernes, 16 de mayo de 2014

10, Y un pimiento







Han ido pasando las tardes, los días, las noches. Y las azadas han reconvertido un terreno olvidado en un vergel de hortalizas que se abren paso con empeño y esperanzas. Nuestras lechugas son la mejor prueba de ello.


El pimiento era una apuesta de valor, lo es y lo seguirá siendo, porque ante el aviso de nuestro huertero de cabecera, Jose Mari "El Paraca" de que vayamos a por más, hemos tenido que volver a acometer una nueva y esperemos definitiva ampliación.

Los pimientos, italiano, de cuelga, guindas, y los que están por venir, son un redoble de hortaliza, pues es la base de un buen sofrito, de un asado, en gazpacho .... y nosotros no podíamos dejar nuestras tierras sin esta planta tan noble y buena.

No todos son alegrías querid@s nuestr@s. Viajemos al pasado, a la tarde en la que estos dos gelipollas desenterraron aquellos barros, y de aquellos barros, estos lodos, los que permanecen malditos, ahora nos visita esa maldición en forma de oruga, "la parrilla" que mordisquea nuestras tomateras, cuatro han sido víctimas del conflicto gusanero, y esperemos que sean las últimas.

Además, hemos sufrido pérdidas en sandias, de las que aparecen en este capítulo, solo una ha tirado para adelante, la calidad de la planta no era la adecuada, pues conocemos testimonios de gente que asegura haber perdido plantas de sandía del mismo puesto.

No obstante, y con la sombra de la parrilla planeando nuestros surcos, símbolos de belleza y fertilidad, seguimos en la brecha, seguimos luchando para alcanzar nuestra meta hortelana. Estamos muy cerca, está cerca el capítulo, "Esta es mi ensalada" Qué no¿? Tened fe

AU, AU, AU. SACHEANDO ME DESPIDO HASTA LA SEMANA QUE VIENE.











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