No dejamos de currar, de mimar nuestro terrenito.
Aquí llega ahora ya la última siembra, otra nueva tabla de
pimientos, Coqueros, del Padrón, guindillas, Guindillas Vascas, gran variedad
una vez más cortesía del maestro de maestros, Jose Mari “El Paraca”, que además
nos obsequió con unas plantitas de azafrán.
Ahora si que sí, la suerte está echada, nuestras plantas
lucen, las lechugas destacan, las cebollas henchidas de verdor, y las
tomateras, ay las tomateras. Y llegamos a la última siembra, ya no más, porque
lo que se nos viene por delante, el mantenimiento, regar, etc nos traerá nuevas
tareas y más quebraderos de cabeza.
Tras la guerra parrillera, en la que cinco plantas perdieron
sus vidas, esta semana se unió otra más, una de calabacines, una nueva pena
para los Hermanos J, pero seguimos adelante, no nos rendiremos jamás, nunca.
Esta vez los caños quedan más anchos, ahora dejamos ese
espacio que nos faltó en anteriores entregas, pero de nuevo la maldición,
acabamos de sembrar, y a lo lejos, horror, nueves negras, vientos huracanados,
se nos viene una tormenta, ¿recuerdan la maldición del lodo del estanque? Sigue
ahí, camina entre nosotros.
Una semana después algunas plantas han flojeado un poco,
pero la calma va volviendo a Fuente del Prao y eso nos da paz interior.
Agricultura y paz.
Au, Au Au, Au.
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