viernes, 23 de mayo de 2014

11, Azada y paz









Las azadas han vuelto, las azadas nunca se fueron, las azadas cavan de nuevo, con fuerza, con determinación, este huerto no ha terminado. Todavía quedaban plantas que poner, eso sí, esta sí es la definitiva.


Contra todo pronóstico, contra nosotros mismos, seguimos abriendo una tierra dura, una tierra adormecida. Ha habido varias batallas este año en fuente del prao, pero la guerra continúa, el trabajo del huertero es constante, de a poco, pero con la constancia como lema. Además, un huertero nunca se rinde.

De nuevo, como la primera vez, como otras dos veces más, abrir camino, separar cosped, y remover el terreno, sacho y azadón para remover. Trabajamos al unísono, uno quita, el otro excava. Así una y otra vez, los Hermanos J no se rinden, ni se rindieron con el estanque, ni mucho menos ahora.

El calor de la tarde nos martillea lenta pero insistentemente y nos recuerda que nos queda un largo camino por delante.

Camino, en el que como todos, siempre hay pequeños remansos de paz.
Azada y paz, paz y lechugas.


Au, Au Auuuuu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario